lunes, 31 de enero de 2011

PARA CARLOS, MI AMIGO DEL ALMA




GRACIAS POR TU AMISTAD



Te encontré una tarde mientras me encontraba perdida por los caminos tortuosos de mi laberinto, triste, desorientada, sin rumbo, y desde los recodos ocultos de mi alma te invité a escribir.
Y esa fue una historia de rosas y cantos, y tiernos mensajes de felicidad... Gracias, Carlos.

Marisa.

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